Este Jefe tiene distintas versiones según la dificultad de la mazmorra. El Profeta Grandilocuente es más débil en comparación con el Profeta Farfullante, pero sus estadísticas se mantienen coherentes en todos los niveles.

El Profeta es de tipo impío y, aunque aparentemente realiza una acción por ronda, en realidad hace tres: una al principio y otra al final de la ronda, ambas automáticas. Profundizaremos en sus habilidades más adelante.

En cuanto a su defensa, no posee protección, pero cuenta con algo de evasión, aunque no es mucha. En cuanto a sus resistencias, es prácticamente inmóvil y tiene una alta resistencia a los aturdimientos, aunque con los abalorios correctos es posible aturdirlo. Es relativamente vulnerable a peste y hemorragia, aunque no se recomienda eliminarlo por estas vías debido a su única acción por turno. Por último, su resistencia a las mermas es aceptable, pero se puede aplicar fácilmente con los abalorios adecuados.

No pueden moverse ni recibir DOTs, pero tienen evasión y deben ser destruidos con ataques directos. Por cada banco que destruyas, al final del combate recibirás una pieza consagrada de madera, que te otorgará 2,500 monedas de oro si la llevas en el inventario al finalizar la expedición.

Dicho esto, entiendo que hay dos estrategias para matar al Profeta.

La primera, es la que uso personalmente y consiste en ignorar totalmente a los bancos, enfocando todo el poder de fuego en el Profeta, a lo sumo podes destruir un banco para dejar al Jefe en la tercera posición. Para esta táctica, recomiendo llevar un equipo capaz de protegerse y hacer mucho daño rápidamente. Un Hombre de Armas o un Maestro Canino son opciones útiles, ya que pueden proteger a los Héroes marcados y reducir el daño de los Escombros del Profeta. Un equipo de marcado es muy efectivo, con héroes como una Arbalestera, un Ocultista, un Maestro Canino y una Diabla o un Cazarrecompensas centrado en marcar y reducir las defensas del Jefe.

La segunda estrategia se enfoca en destruir los bancos y alargar el combate para maximizar el oro obtenido. Si te centras en reducir el daño y la precisión del Profeta, su habilidad más peligrosa, los Escombros de Ruina, será mucho menos efectiva. Controlar el estrés, el aturdimiento y la peste te permitirá alargar la pelea sin grandes riesgos. Para esta estrategia, puedes llevar héroes como el Leproso, el Cruzado o una Abominación, ya que hacen un buen daño a los bancos. El Leproso, en particular, puede usar Intimidación para mermar el daño del Profeta.